No dejo de probar recetas del libro “ La cocina italiana de
Jaime Oliver”, y todas me encantan. El último hallazgo son estas albóndigas de
atún en salsa de tomate que están de vicio y lo mejor de todo es que se pueden
comer de diferentes formas. Yo he probado a presentarlas solas
como aperitivo, con la salsa de tomate como segundo plato o con
espaguetis como plato único. La mezcla de sabores es espectacular y creo que
gustara igualmente a los que disfrutan con el pescado y a los que no.
Ingredientes (para 4 personas)
Para las albóndigas
500 gramos de atún fresco
(también podéis comprar atún fresco congelado, que es más
económico y queda muy bien. Así es el que compro yo)
Un puñado de piñones
1 cucharadita rasa de canela molida
1 cucharadita de orégano seco
1 puñado de perejil fresco picado
100 gramos de pan rallado
60 gramos de parmesano o granna padano rallado
2 huevos
La ralladura y el zumo de medio limón
Aceite de oliva
Sal y pimienta
Para la salsa de tomate
1 lata de 500 gramos de tomate entero
1 cebolla picada
4 dientes de ajo pelados y cortados en rodajas finas
1 cucharadita de orégano seco
1 cucharada rasa de azucar
Sal y pimienta negra
Aceite de oliva
Un puñado de perejil fresco picado
Comenzamos con la salsa de tomate. En una sartén grande ponemos un chorro
de aceite de oliva y cuando se caliente echamos la cebolla y el ajo
y sofreímos hasta que estén tiernos. Mientras, abriremos la
lata de tomates, echaremos todo el contenido en un bol (liquido incluido) y con
la mano y suavemente estrujaremos los tomates hasta que queden bastante desmenuzados
(cuidado porque salpican). Cuando el sofrito ya esté, añadimos el tomate, la
sal, el azúcar (para rebajar la acidez del tomate) y la pimienta.
Dejaremos que cueza a fuego lento durante media hora y pasado el tiempo
trituraremos hasta que quede una salsa fina. Probamos y rectificamos de sal o
pimienta y añadimos el perejil picado.
Mientras se hace el tomate nos pondremos con el atún, que trocearemos en
dados. Ponemos una sartén con dos cucharadas de aceite y cuando esté caliente,
echaremos el atún con la canela, los piñones, la sal y la pimienta y sofreiremos
durante 1 o 2 minutos. Debe quedar hecho por todas partes y los piñones
tostaditos, pero no convine pasarse con el tiempo, o el atún quedará seco.
Pasamos el atún a un bol y dejamos que se enfríe 5 minutos y a continuación
añadimos el orégano, el perejil, el pan rallado, los huevos, el queso
rallado, la ralladura y el zumo de limón. Amasamos con las manos esta mezcla
hasta que todos los ingredientes estén unificados. Luego nos mojamos con agua
las manos y empezamos a hacer las albóndigas un poco más pequeñas que una
pelota de golf. Las colocamos en un plato untado en aceite y las metemos en la
nevera durante una hora para que reposen.
En la misma sartén donde hemos hecho el atún, freímos las albóndigas hasta
que estén doradas por todas partes.
Ahora podemos tomarlas como
más nos apetezca. Para comerlas como aperitivo las sirvo con un
poco de tomate debajo y un poco de mahonesa arriba, y a veces pongo debajo una rodaja de pan. De todas las formas están
deliciosas.