Antes de que se acabe la temporada quería hacer otra receta
con alcachofas y esta es de las que nunca se
olvidan, un gran descubrimiento
que tomamos prestado del blog El Comidista (un sitio a tener en cuenta, para
los que no lo conozcáis y uno de mis favoritos sin duda, lleno de humor y
recetas geniales y sin complicaciones).
Todo un hit de receta para los que idolatramos las
alcachofas y para los que no… también. La
combinación de los ingredientes da como resultado unas alcachofas súper
melosas, bañadas en una cremosa salsa de parmesano, ajo, vino,….mmmm, solo de
escribirlo se me hace la boca agua. Además no dan nada de trabajo, solo
necesitan fuego lento y tiempo (dos horas, puede parecer mucho tiempo, pero de
ahí viene esa cremosidad de la que hablaba). Así que ¡viva la nonna Sara!
Ingredientes:
- 6 alcachofas grandes
- 2 dientes de ajo
- 100 gramos de parmesano aprox (también vale el granna padano que venden en todos los supermercados, es más barato y también queda bien, yo he probado con los dos)
- 50 gramos de pan rallado aprox
- 500 ml de caldo de verduras
- 200 ml de vino blanco
- 2 cucharadas de perejil picado
- Mantequilla muy fría
- Aceite de oliva
- Sal
Primero rallamos el parmesano y reservamos. Mientras tanto en
una sartén un poco alta calentamos un poco de aceite y ponemos a dorar los
ajos. Apartamos cuando estén hechos.
Quitamos el tallo a las alcachofas, quitamos las hojas
exteriores y pelamos un poco la base de
la alcachofa para eliminar los restos de hoja más duros. No cortamos las puntas
de las alcachofas ni quitamos todas las hojas duras ya que la gracia de esta
receta es comer el corazón y las hojas tiernas y chupar y mordisquear las hojas
duras que se han impregnado con el caldito. Cortar las alcachofas a la larga en
4 trozos e ir poniéndolos en la sartén con el corazón hacia arriba.
Poner una lamina fina de mantequilla sobre cada trozo de
alcachofa, espolvorear con el queso y el pan rallado y cubrir con el vino
blanco y el medio litro de caldo. Tapamos y ponemos el fuego al mínimo.
Dejaremos cocer durante dos horas, controlando de vez en cuando
para añadir caldo si se quedara muy seco o subir un pelín el fuego si pasada
una hora sigue muy caldoso, pues recordad que debe quedar una salsa espesa. Espolvorear
el perejil picado, dejar dos minutos más y servir. No olvidéis comprar pan, que
lo necesitareis.
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